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«El Yerberito» de Acanceh: Edelmiro Medina; ha curado a la mamá del zapatista Marcos

ACANCEH, YUCATÁN, A 6 DE MARZO DE 2017.— “El yerberito llegó» como cantaría Celia Cruz es su canción de Edelmiro Medina Castillo, “Don Cuco”, quien a sus 83 años conoce las propiedades curativas de las hierbas.

Dos veces estuvo en Chiapas, en la Selva Lacandona, para atender a la mamá del “Comandante Marcos” y para celebrar una boda tradicional. También ha dado curso en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a parteras.

Algunas de las hierbas medicinales son:

“La teresita”, para reumatismo y dolor de cabeza; “Chamico”, llagas y diabetes; “Virginia”, circulación de la sangre y mal aliento; “Cicil” y “cempasúchil”, vómito y diarrea; “Riñosan”, limpia los riñones; “Xcombonché” o “sikilte”, llagas, cortadas o para la picadura de una culebra, sólo se usa la resina; “Maguey morado”, para el aseo de la mujer, miomas o el flujo.— José Alfonso Ávila Perera

En su casa cultiva el “balché”, para hacer las bebidas de la ceremonia maya, gripe y catarro; “Carolina” o “buganvilia”, el tallo con la flor del nance lo usa para la bronquitis y catarro; “Huevo de perro”, hojas largas que sirven para la calentura, se unta un poco de vaporub y se le amarra en la frente a la persona, suda la calentura.

También “Pamela”, para diabéticos y para limpiar los riñones, se come natural; “Toronja morada”, para los diabéticos; “Neem”, para diabéticos y cirrosis, se mascan las hojas; “Maluco”, para los riñones, para las mujeres que tienen miomas, flujo o quistes en la matriz; “Pepita del aguacate”, sirve para bajar de peso, con la cuarta parte licuado con un litro de agua se toma con un poco de miel; “Guayaba”, la utiliza para la disentería o diarrea.

Recordó que el secreto de las hierbas y frutos los aprendió de abuelo “Capitán Castillo”, quien renunció a su puesto como capitán en Ciudad de México y vino a vivir en Santa Cruz, Yucatán, en la época de la Guerra de Castas.

También tiene un libro negro que se lo han querido comprar, pero no lo vende.

Comenzó a sobar desde cuando jugaba béisbol, trabajo que le hizo también a otros peloteros.

Dijo que a cualquier hora que va un paciente lo atiende, “hasta en la madrugada”.

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