El virus del SARS-CoV-2 que causa la enfermedad de la COVID-19 permanece activo en diferentes superficies. Por ejemplo, en plástico y acero inoxidable persiste hasta 72 horas, en cobre puede permanecer hasta cuatro horas, mientras que en cartón y otros papeles se mantiene hasta por 24 horas. Por este motivo, es importante conocer cuáles sustancias de uso común tenemos disponibles en el hogar para acabar con este agente patógeno.
En entrevista David Morales Morales, investigador del Instituto de Química de la UNAM, explicó que el SARS-CoV-2 tiene forma de esfera, en donde guarda su información genética, está rodeado de pequeños picos con forma de corona, de ahí proviene el nombre de coronavirus.
Los picos son proteínas que permiten al virus unirse a determinadas células para replicarse una vez que ingresa a un organismo. La esfera en su superficie se compone por grasa.
Para deshacerse de este virus, ya sea de las manos, la cara, los brazos o cualquier otra parte de la piel recomendó usar agua y jabón. Se puede usar, en ciertas partes del cuerpo (como las manos): detergente, alcohol, gel antibacterial o toallas desinfectantes. Es importante mencionar que estos últimos pueden ser irritantes en partes sensibles del cuerpo, en general su uso debe ser limitado a las manos.
El jabón tiene una característica muy particular que genera una espuma formada por moléculas compuestas por cadenas de 12 o más átomos de carbono que tiene una afinidad por las grasas o materia orgánica (fragmento lipofílico), y en un extremo tienen un grupo hidrofílico, afín por el agua.
Al lavarse las manos con jabón por al menos 20 segundos se desarma o se disuelve esa superficie grasa del virus que lo cubre y contiene su información genética, así se destruye la estructura del agente infeccioso y evita su ingreso al organismo como también su replicación. El detergente funciona de forma similar, desactivando también al virus.
Otro producto eficiente es el gel sanitizante con un contenido de 60 a 70 por ciento de alcohol etílico. Este “debe dejarse evaporar en las manos para que tenga un mejor resultado”, afirmó el entrevistado.
La desventaja es que, aunque esta sustancia tiene un efecto de descomposición del virus disolviendo su parte grasa, también deshidrata la piel.
Entre las sustancias disponibles en casa y que sirven para desinfectar superficies está lo que comúnmente conocemos como clarasol, cloro o blanqueador. Este producto comercial contiene hipoclorito de sodio (NaClO) ingrediente activo de alto poder oxidante, con capacidad de romper la cubierta grasa y destruir la información genética del virus.
Se puede utilizar en disoluciones poco concentradas. Es recomendable tener una mezcla de 1 mililitro de cloro por 50 mililitros de agua. Aunque se puede usar más concentrado utilizando una disolución de 1 mililitro de blanqueador por 30 mililitros de agua.
Esta disolución puede usarse en superficies, tanto planas, como rugosas e incluso porosas. “Podemos desinfectar de una forma muy eficiente”.
Por ejemplo, cuando se regresa con las compras es recomendable limpiar los productos con esta disolución a través de un spray de rociado y dejar actuar al líquido por aproximadamente 20 segundos o un poco más, dependiendo de la concentración del producto y después limpiar con un “trapito” limpio.
El peróxido (agua oxigenada) es un producto comercial que se utiliza para realizar decoloración del cabello, pero también funciona como un agente desinfectante. Para ello, se puede preparar una disolución de al menos 5 por ciento de agua oxigenada, esto le permite tener una carga para sanitizar los objetos. El peligro: ¡no ingerir! “Es muy importante que la gente entienda que todas estas sustancias y sus disoluciones son extremadamente tóxicas”. Aunque acaban con el virus, no quiere decir que se puedan inyectar o tomar, al final la forma más fácil y eficiente de eliminar el virus es con agua y jabón, concluyó.
Fuente: UNAM