Este fin de semana expedicionarios sanearon el cenote Chen há, en Kopomá, uno más que se agrega a la extensa lista de cuevas inundadas que por desgracia preservan gran cantidad de residuos sólidos y los cuales han sido rehabilitados gracias al apoyo de Fundaciones, Asociaciones civiles, órdenes de gobierno, ejidos, pobladores en general, espeleobuzos y personal técnico.
En esta ocasión se limpió el cenote Chen há; proyecto que se consolidó gracias al apoyo de la Fundación Bepensa, siendo que luego de 5 horas de intenso trabajo se lograron extraer alrededor de 700 kilos de residuos sólidos.
Cabe mencionar, a diferencia de los anteriores saneamientos, en esta oportunidad y para nuestra sorpresa debido al gran volumen y características de los residuos sólidos se desenterraron medidores de luz, los mismos que se utilizan en los hogares y empresas, siendo que muchos de ellos se ubicaron gracias a la combinación de la experiencia de los espeleobuzos y de un detector de metales ya que por ser un cenote abierto, y a la constante precipitación de materia orgánica, así como el mismo peso de los artefactos, estos se encontraban debajo de una gruesa capa de sedimento.
Es evidente que este tipo de aparatos electrónicos poseen componentes altamente contaminantes como cobre, plomo e imanes, y de allá nuestra interrogante en conocer si estos metales pesados fueron los que originaron la muerte de peces que se observaron depuestos en el fondo; siendo que unos se encontraban en buen estado de conservación y otros solo se vislumbraba el esqueleto; a ello hay que sumarle los cráneos de tres cocodrilos.
Es importante recalcar que en los últimos años diversos estudios han demostrado que el agua de muchas zonas de Yucatán posee partículas cancerígenas.