Los pasillos del Centro de Reinserción Social de Mérida fueron el escenario para que 50 personas privadas de la libertad participaran en la representación del viacrucis del señor Jesucristo.
En punto de las 10 de la mañana dio inicio el juicio donde Jesús es condenado. Teniendo como fondo el auditorio del lugar el pueblo enardecido le grita a Eulogio C. M. quien encarna el papel del salvador al tiempo que Pilatos se lava las manos para que no caiga sobre él la culpa del condenado a muerte de cruz.
En medio de las burlas del pueblo y los soldados, Eulogio, quien luce un tatuaje de Cristo en el brazo izquierdo, es conducido al calvario que en esta ocasión lo lleva a través de los pasillos, canchas y módulos del centro de reinserción social de Mérida.
El evento lleva mas de 25 años realizándose como parte de las celebraciones de la Semana santa y se ha vuelto una tradición entre la población penitenciaria que espera estas fechas para participar y renovar su fe.
Los rayos del sol empiezan a cobrar fuerza conforme avanzan los minutos, pero nuestro actor no parece decaer, haciendo un esfuerzo se sobrepone a lo caliente del suelo en cada una de las caídas que va representando.
Ahí está María su madre que lo llora, representada por una voluntaria del grupo de pastoral penitenciaria quienes acuden de forma regular a compartir el mensaje de salvación, uno a uno se van sucediendo los acontecimientos que marca la tradición.
En esta dia las familias acompañaron a los privados de la libertad, por lo que a lo lejos se observa un gran contingente que ha llegado para participar en el viacrucis.
Los ensayos comenzaron hace 3 meses y contaron con el acompañamiento de la pastoral penitenciaria y el párroco de la iglesia del centro penitenciario.
Ya casi al final del recorrido y teniendo como fondo la barda perimetral y la torre de vigilancia, el actor cae por última vez para luego afrontar la última parte del trayecto que lo llevará a la muerte en la antigua hacienda de San José Tecoh.