Mediante análisis genéticos en la antigua ciudad maya de Chichén Itzá, en Yucatán, se ha descubierto que se practicaba el sacrificio ritual de infantes, centrado exclusivamente en varones.
El estudio publicado en la revista Nature, reveló las estrechas relaciones de parentesco de los niños inmolados, incluida la de dos pares de gemelos idénticos, en los restos hallados en una cámara subterránea o chultún, localizada 300 metros al noreste del Cenote Sagrado de Chichén Itzá.
El análisis de datos genéticos reveló que todos los individuos del chultún eran varones de entre tres y seis años de edad, incluidos dos pares de gemelos monocigóticos.
La datación de los restos reveló que el chultún fue utilizado con fines mortuorios entre los siglos VII y XII, pero que la mayoría de los niños fueron enterrados durante el periodo de 200 años del apogeo político de Chichén Itzá, entre los años 800 y 1000 d.C.
Lo anterior sugiere una conexión de las prácticas sacrificiales con los mitos del origen del Popol Vuh, en la cosmovisión maya y mesoamericana en general, ya que los gemelos representan cualidades de dualidad entre las deidades y los héroes.
La investigación fue liderado por Rodrigo Barquera Lozano, del Departamento de Arqueogenética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (MPI-EVA, por sus siglas en inglés), en Leipzig, Alemania, en el que participaron cuatro especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Fotos: INAH.
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