Globos rojos fueron colocados entre los escombros que quedaron tras los terremotos de Turquía y Siria, y fue un emotivo mensaje y homenaje a los niños que murieron tras el desastre natural.
Fue un homenaje en el que se buscó evocar el “último regalo” a los pequeños que fallecieron en el terremoto del pasado 6 de febrero. Algunos cuerpos aún sigue sepultados entre los escombros.
Las decenas de globos resaltaban al borde de la carretera que atraviesa Antakya,
«Aquí murieron tres niños. Tenían un año y medio, cuatro y seis años», cuenta Ogun Sever Okur, un fotógrafo que se encargó de diseñar el proyecto.
Sever es un aseguró que ya se habían atado más de 1500 globos, que contrastan con el gris de las toneladas de escombros que aún permanecen en las calles.