Para Guillermo Nieto, un empresario mexicano que creció fumando marihuana, el invernadero de cannabis en las vastas tierras de cultivo de su familia es parte de un sueño más grande. Uno que involucra a compañías farmacéuticas con mucho dinero.
Nieto y varios hombres de negocios de México llevan años posicionándose para cuando el país latinoamericano abra el que sería el mercado de cannabis legal más grande del mundo en términos de población, donde la droga se pueda cultivar y vender legalmente.
Un premio mayor también puede estar cerca para Nieto y las firmas foráneas: el líder del partido oficialista Morena en el Senado, Ricardo Monreal, dijo a Reuters que espera que antes de diciembre se apruebe una ley para el uso recreativo de la droga, que permitiría a firmas privadas reguladas venderla al público.
Monreal, líder en el Senado del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena), explicó a Reuters que los legisladores estaban actualmente resolviendo los detalles más finos de la futura ley.
Las grandes empresas de cannabis, que tienen instalaciones farmacéuticas para probar productos, dijeron que estaban mirando tanto al sector de la marihuana medicinal como al de la no medicinal en México.
Canopy Growth, la mayor empresa de marihuana del mundo, señaló a Reuters que su objetivo es contribuir al “desarrollo responsable de este nuevo mercado” y que revisaría las próximas regulaciones locales.
The Green Organic Dutchman dijo que “espera participar en el mercado mexicano de cannabis” a través de su subsidiaria, TGOD México, y agregó que estaba monitoreando la situación.
Raúl Elizalde, codirector ejecutivo de HempMeds México, distribuidor y subsidiaria de Medical Marijuana Inc, contó que había mantenido conversaciones con farmacéuticas mexicanas para un negocio conjunto, inicialmente, sobre el cannabis medicinal. Sin embargo, podría lanzar su propio emprendimiento farmacéutico en el país si las nuevas regulaciones médicas lo requieren.
Elizalde sostuvo que la mayoría de las empresas postergarían la toma de decisiones de inversión hasta que vean qué leyes aprueba el Senado en diciembre, en caso de que también modifiquen las reglas médicas.
“Es mucho mejor esperar y ver si esto cambia”, sostuvo.
Para empezar, es probable que las grandes empresas canadienses vean en México un lugar para exportar sus productos de cannabis, mientras que la estadounidenses, constreñidas por las leyes federales que prohíben las exportaciones de marihuana, pueden franquiciar sus marcas en México, explicó Avis Bulbulyan, director ejecutivo de la consultora de cannabis Siva Enterprise.
Más adelante, la tierra a buen precio de México, la mano de obra relativamente barata y el clima favorable probablemente convertirían al país en un destino principal para que las empresas cultiven y exporten materias primas y productos de cannabis.
“Está en el radar de mucha gente”, agregó Bulbulyan.
La coalición que lideró la campaña de legalización del cannabis a través de los tribunales compuesta por activistas y padres de niños enfermos que buscan aliviar el dolor a base de cannabis, dice que la nueva regulación médica ayuda a las grandes empresas en lugar de a los pacientes pobres.
Los legisladores legalizaron el uso de marihuana medicinal en 2017, mientras que la Corte Suprema dictaminó en 2018 que se debería permitir la marihuana recreativa.
Tal como está, la regulación médica prohibiría a personas como Margarita Garfias cultivar cannabis para uso personal para aliviar el dolor. Los agricultores solo pueden cultivar marihuana a través de asociaciones con compañías farmacéuticas que pueden realizar estudios clínicos y cuyos resultados estén atados a un mayor alcance.
Garfias, madre de un hijo de 16 años con múltiples discapacidades y en silla de ruedas, dijo que las familias, que viven con miedo y se han enfrentado al riesgo de tener antecedentes penales por tratar de ayudar a sus hijos, se sienten decepcionadas.
“La regulación no ayuda con esto, ni con la justicia social ni los derechos humanos de los pacientes”, agregó Garfias, quien dijo que su medicamento derivado del cannabis de cosecha propia había reducido los ataques epilépticos y las hospitalizaciones de su hijo.
La Secretaría de Salud mexicana remitió las consultas sobre la regulación al ente regulador, Cofepris, que dijo que las reglas se centran en garantizar que la población no corra riesgo.
“Los medicamentos deben tener calidad, seguridad y eficacia”, sostuvo Cofepris.
Los activistas sostienen que el cabildeo de las corporaciones podría excluir a los pequeños productores de los mercados médico y recreativo y, por lo tanto, no afectaría significativamente el comercio ilícito de narcóticos.
“Somos muy pesimistas”, dijo Tania Ramírez, directora de políticas de drogas de México Unido Contra la Delincuencia, una organización que encabezó la campaña de legalización a través de los tribunales.
Monreal, senador de Morena, dijo que ninguna ley es perfecta, pero que la legalización transformaría al país, vaciando sus cárceles de fumadores de marihuana en pequeña escala y ayudando a los agricultores a deshacerse del yugo de los poderosos cárteles de la droga.
“Para mí lo más importante (es) que México y sus legisladores se atrevan a derribar un tabú de muchas décadas“, finalizó.
Fuente: Reuters