
Desde el 1 de marzo de 2020, Luxemburgo abolió las tarifas para trenes, tranvías y autobuses en clase estándar, convirtiéndose en el primer país del mundo con transporte público gratuito.
La medida responde a la necesidad de reducir la congestión vehicular, disminuir la contaminación por emisiones y apoyar a personas con bajos ingresos.
Anteriormente, un abono anual costaba alrededor de 440 euros, mientras que ahora solo se paga si se usa primera clase, que cuesta 660 euros al año.
Además, Luxemburgo invirtió en mejorar su infraestructura de transporte (trenes, autobuses, tranvías y aparcamientos “park + ride”) para hacer más atractivo el uso del transporte público.
La medida también ha sido destacada como una estrategia social para fomentar la movilidad sostenible y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
