Un «lanzamiento suave», a medio gas, pero que desde ayer es una realidad: los «ubercópteros» ya surcan Nueva York y conectan la isla de Manhattan con el aeropuerto JFK en apenas ocho minutos. Todo un ahorro de tiempo para los que puedan gastar los 200 dólares que cuesta el viaje.
Desde las cercanías del helipuerto del bajo Manhattan donde despegan las aeronaves turísticas -un tour de 15 minutos para disfrutar de la Gran Manzana a vista de pájaro cuesta precisamente alrededor de 200 dólares-, los fotógrafos esperaban la imagen de la jornada: el helicóptero negro de Uber aterrizando para recoger a sus pasajeros.
Muchos se frustraban al saber, según fuentes de la compañía, que las naves que hoy hacen la conexión con el JFK no estarán identificadas con el logo de Uber.
La compañía famosa por alquilar vehículos con conductor inicia hoy su aventura del transporte aéreo de pasajeros ofreciendo a sus clientes «platino» y «diamante» la posibilidad de evitar los largos desplazamientos hasta el aeropuerto, que pueden tomar hasta dos horas, y que mezcla el desplazamiento terrestre -en un coche de la compañía hasta el helipuerto- y el aéreo.
Este último corre a cargo de una compañía llamada Heliflite, con sede en el vecino estado de Nueva Jersey, y que ofrece el transporte de hasta cinco pasajeros junto a dos pilotos a los mandos de la nave.
Uber, que en el primer trimestre de este año perdió mil 12 millones de dólares, diversifica de esta manera su negocio de transporte y planta cara a Blade, una compañía que ofrece servicios de helicópteros y conecta tres localizaciones en Manhattan con los tres aeropuertos que dan servicio a Nueva York: JFK, LaGuardia y Newark.
«Este es un viaje que muchos viajeros hacen a diario y vemos la oportunidad de ahorrarles una gran cantidad de tiempo», dijo hace unas semanas el responsable de la división Uber Elevate, Eric Allison.
Elevate es la rama encargada de explorar las posibilidades del transporte aéreo, un campo donde Uber ya hizo una primera incursión en Dubái. Allí ofrece excursiones turísticas de 12 minutos por 142 dólares.
Los Uber Copter, sin embargo, son más funcionales y ofrecerán servicio de lunes a viernes en las horas de la tarde con mayor tráfico, pudiendo reservarse al momento o con hasta cinco días de antelación. Siempre a través de la misma aplicación del teléfono que permite pedir un coche.
La puesta en marcha se supo a principios de junio, aunque las autoridades locales cuestionaron su conveniencia ya que, pocos días después, un helicóptero se estrelló contra un rascacielos a pocos metros de la céntrica Times Square.
El piloto falleció en el accidente, después de desorientarse por la densa niebla que cubría la isla, y personalidades como el portavoz del Consejo Municipal, Corey Johnson, se preguntaron si era necesario llenar de taxis el espacio aéreo neoyorquino.
El éxito de los «ubercópteros» supondría un empujón para la compañía, que este año experimentó un estrepitoso estreno en Wall Street, a pesar de ser una de las grandes apuestas de los inversores.
El despegue de los helicópteros también impulsaba las acciones de Uber, que subían un 1.65% en la Bolsa de Nueva York a media sesión. Desde que saliera a bolsa a mediados de mayo, solo en dos jornadas ha cerrado por encima de los 45 dólares que fijó para su estreno bursátil.
Fuente: Agencias