La expedición realizada el pasado 22 de mayo al avión Douglas DC-3, caído en Celestún en la década de los 60, no rindió los frutos esperados debido a complicaciones climáticas.
Los 12 senderistas se internaron al manglar de Celestún para encontrar la aeronave, sin embargo, de acuerdo a declaraciones “la madre naturaleza no quiso que llegáramos al avión”.
El viaje fue emprendido desde Mérida en grupos de cuatro personas divididos en tres Jeeps.
Las lluvias iniciadas desde el jueves no permitieron que los senderistas llegaran a los restos del avión caído el siglo pasado pues complicaron el trayecto.
Jorge Barrera Lizama, integrante del grupo de expedición, declaró que únicamente lograron avanzar nueve kilómetros del rancho en donde inició la expedición, llegando así al mismo punto de la expedición realizada en mayo del año pasado.