Ciencia y tecnologíaPortada

La robótica, una técnica para inducir a los niños a la ciencia

La robótica está de moda. Hace ya una década que en México comenzaron a surgir escuelas donde los niños arman robots y aprenden a manejarlos, pero la diversión de echar a andar una pequeña máquina y competir en carreras o peleas “tornillo a tornillo” es solo la fachada.

En el fondo, esta popular actividad extracurricular alimenta el interés de los estudiantes por las ciencias en general, y en particular por las matemáticas, la tecnología y la ingeniería, que agrupadas se conocen como disciplinas STEM (Science, Technology, Engineering & Mathematics, por sus siglas en inglés). Estas áreas, que fueron el coco para anteriores generaciones, hoy son aprendidas de manera lúdica y casi sin darse cuenta por los nativos digitales, que gracias a la robótica y otras clases extra, fusionan sus pasatiempos con nuevos conocimientos y habilidades como la programación, el diseño, la lógica y las matemáticas.

“He aprendido a programar, a diseñar, a encontrar errores y a repararlos; a trabajar en un equipo y a divertirme con las matemáticas. Y lo mejor es que puedes ir a competencias internacionales. Me encanta y quiero estudiar algo relacionado con la tecnología”, comenta Carmen (11 años), quien toma clases en Robobrick Oaxaca y en abril pasado obtuvo, con otro compañero, la medalla de oro de Infomatrix 2019, un torneo de robótica celebrado en Bucarest, Rumania. STEM es mucho más que robots y circuitos, pero la robótica es la puerta de entrada a ese mundo de matemáticas y ciencia que a muchos les asusta.

Por eso, actualmente los padres se preocupan por brindar a sus hijos cursos STEM, y algunas escuelas de educación básica incluyen en su currícula clases de educación tecnológica, para que los estudiantes desarrollen habilidades técnicas, creativas y de pensamiento crítico para resolver problemas. “En poco tiempo, quien no sepa leer o escribir una línea de código será como un analfabeta de nuestros tiempos. Lo que nosotros buscamos es que los niños empiecen a trabajar con robots desde pequeños, pero con un enfoque educativo y lúdico.

La idea es que desarrollen prototipos con los que puedan jugar, interactuar y resolver retos”, señala Roberto López, director de Robobrick Oaxaca. Algunas de estas habilidades son denominadas “nuevas competencias”, ya que son fundamentales para la comunicación del futuro: el pensamiento de diseño (cuando usan su conocimiento para crear objetos que solucionen problemas cotidianos) y el pensamiento computacional (cuando usan las computadoras como herramientas con el mismo fin).

Hoy en día, el mundo laboral exige personas más capacitadas, la robotización aumenta y en un futuro cercano sustituirá gran parte de la mano de obra humana. “No importa la carrera que elijas, dentro de algunos años en tu centro de trabajo vas a interactuar con un robot, entonces es importante que tengas conocimientos de lógica, cómo funciona la programación de un robot y cómo interactúa, para que puedas adaptarte a los cambios laborales que se avecinan”, comenta López.

¿Listos para el futuro?

Se espera que para 2020 haya más de tres millones de robots industriales en uso en fábricas de todo el mundo, según la Federación Internacional de Robótica. La educación STEM es la base para desarrollar profesionistas capaces de llevar a cabo procesos operativos eficientes y, en un futuro cercano, cubrir el perfil de los nuevos empleos que impulsarán el aumento de la productividad y un mayor crecimiento económico.

Atentas a estas nuevas necesidades, a fines de 2018 diversas organizaciones empresariales y de la sociedad civil conformaron la Alianza para la Promoción de STEM (AP-STEM) en México, con el fin de promover el estudio de las disciplinas tecnológicas entre niños y jóvenes. “Hay una gran labor por hacer para generar esta cultura STEM en el país; lo primero es conectar a los actores sociales relevantes para que la magia suceda y entre todos mostrarle a los chavos que es un tema que sí puede ser cool y divertido, pero sobre todo, que te da la posibilidad de cambiar al mundo y de conectarte con la visión social del siglo XXI”, afirma Graciela Rojas, fundadora y presidenta de Movimiento STEM.

Es un esfuerzo conjunto que no depende solo del gobierno y las empresas: las bases deben sentarse desde casa para que niñas, niños, adolescentes y jóvenes opten por estas áreas de conocimiento. Es triste pero 78% de los estudiantes mexicanos no se interesa por la ciencia, según un estudio conjunto del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Conacyt sobre la percepción de la ciencia y la tecnología en México, elaborado en 2011. Y esto no ha cambiado. Hoy en día, 50% de las empresas no encuentra el talento que requiere para cubrir sus perfiles de puesto, según la encuesta Resolviendo la escasez de talento 2019 de Manpower.

“Necesitamos acciones muy concretas y colaborar, para que las nuevas generaciones desarrollen las habilidades que necesitan para enfrentar exitosamente la cuarta revolución industrial, que es tecnológica”, agrega Rojas. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), únicamente 8% de las mujeres elige este tipo de carreras, contra 27% de hombres. Ambos son porcentajes muy bajos y poco alentadores, si tomamos en cuenta que 8 de los 10 empleos mejor pagados del país son carreras del área STEM, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del INEGI. La AP-STEM apuesta también por un cambio en el modelo educativo, para que los niños y jóvenes sean capaces de resolver problemas, transformar la información en conocimiento y convertir la tecnología en un instrumento de desarrollo. Existe el talento, solo hay que apoyarlo.

Fuente: Milenio

Botón volver arriba
error: Acción no permitida