
En un robo relámpago al Museo del Louvre, los ladrones sustrajeron varias piezas imperiales, pero abandonaron una corona emblemática —engastada con 1 354 diamantes y 56 esmeraldas— al huir.
Una invaluable corona se salvó del robo en el Museo del Louvre , el cual se vivió este domingo como una escena de película, una de las más impactantes en su historia reciente. En plena mañana, con visitantes ya dentro, un grupo de ladrones perpetró un asalto silencioso de apenas siete minutos en la Galería de Apolo, donde se exhiben las joyas de la corona francesa.
En su huida, los ladrones abandonaron la pieza, que fue hallada más tarde rota y tirada cerca del museo, según confirmaron las autoridades.
De acuerdo con Le Parisien, la corona fue creada en 1855 por el orfebre Alexandre-Gabriel Lemonnier para la Exposición Universal de París. La obra, confeccionada con 1,354 diamantes y 56 esmeraldas, fue diseñada para simbolizar la grandeza imperial francesa.