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“Ka’ bo’ ob Ku meyajo’ob”, al rescate de los juguetes tradicionales

El lienzo amarillo del primer pueblo mágico de México y de Yucatán, extiende sus brazos de sol a los visitantes que quedan maravillados con el imponente convento franciscano, santuario de la Virgen de Izamal, segundo atrio más grande del mundo después del de San Pedro en el Vaticano.

En la grandeza de este lugar, se recrean también en historias, se plasman a través de generaciones que no quieren dejar que desaparezca el legado de la gran cultura Maya.

En una de las pintorescas calles de Izamal, se encuentra Don Martín Francisco Pech Ancona, artesano de este mágico lugar, que exhibe los juguetes tradicionales de antaño, como la kimbomba, el tinjoroch, el cirquero, el balero, entre otros, que tal vez los abuelos recuerdan todavía con alegría cuando antes de que llegara la modernidad podían disfrutar jugando con sus vecinos o sus hermanos, el rescate de estos juguetes es primordial para Don Martín que por herencia de sus antepasados se ha dedicado a la elaboración de estos:

“Debido a lo que es el auge tecnológico, celulares, tablets, videojuegos, hay algo que se ha estado perdiendo como son los juegos tradicionales que nos enseñaron nuestros padres anteriormente como la kimbomba, el tinjoroch, el cirquero, la chácara, esos son los principales en los que se está enfocando Ka’ bo’ ob Ku meyajo’ob al rescate”.

Don Martín perdió su taller donde elaboraba los juguetes debido a las intensas lluvias en la entidad y la pandemia alejó a los turistas, sin embargo el nombre de  “Ka’ bo’ ob Ku meyajo’ob” con el que nombró su taller, significa «manos que trabajan», así que esto no lo ha hecho desistir y continúa mostrando a los visitantes y a los habitantes de este pintoresco municipio como se juega el tinjoroch, que zumba cortando el aire mientras el hilo se tensa y su centro gira sin parar hecho de una pequeña madera circular o bien, una corcholata.

Ante las bajas ventas y el escaso turismo, Don Martín recuerda que el paso del tren en este lugar se añora, y tiene la seguridad que la llegada de un tren moderno, dinámico, como el Tren Maya va a impulsar de nuevo a este pueblo mágico y dinamizará su economía.

“Hace como 25 años que Izamal vio pasar al tren aproximadamente, y si esto se llegará a culminar, va a ser un detonante no solo para los artesanos sino para la mayoría de la economía de los izamaleños, si nos enfocamos a la llegada del Tren Maya, es algo que nos va a ayudar, ya que las personas no solo van a llegar de Yucatán sino también de otros estados y nos visitarán a través del Tren Maya”.

Si visita Izamal, busque a Don Martín cerca del convento franciscano, él le enseñará a jugar al balero, podrá divertirse con el cirquero y ayudar en el rescate de estos juguetes tradicionales.

Fuente: Fonatur.

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