
Tras el último adiós a Joel Lizandro, familiares del joven de 15 años lo recuerdan como un chico que amaba a sus abuelos, alegre y con ganas de salir adelante.
“Lizandro era un niño alegre, muy despierto… con una chispa. Siempre con esa adrenalina de querer superarse y de darlo todo por sus abuelos. Eso es lo que más recordamos de él: sus ganas, su hambre de salir adelante.”, expresó Jesús Orlando Uluac, tío y padrino de Lizandro.
Joel Lizandro amaba a sus abuelos. Le apasionaba el fútbol y le encantaba jugar videojuegos.
Con sus amigos hablaba de un solo sueño: ayudar a sus abuelos.
Por eso aprendió mecánica. Por eso aprendió albañilería.
Sus vecinos lo recuerdan como un joven trabajador. Salía temprano, llegaba a casa por la tarde, a veces con su ropa manchada de aceite. A veces iba a la tiendita de alado por un chesco y aprovechaba, como cualquier joven de su edad, a jugar videojuegos en máquinas del local. Un rato. Y se iba a casa.
Tenía 15 años. Quería ser futbolista o maestro.
Las últimas veces que habló con su tío y padrino, le dijo que quería ‘echarle ganas y superarse’.
Le apagaron la luz.
Él sólo quería crecer y apoyar en la economía, del. hogar.
Desde Yucatán se espera justicia y que se castigue a quienes se vieron involucrados en la muerte de Lizandro.
