
En la cultura maya, el Jeet’s Meek es mucho más que un simple bautizo: es un acto de amor y conexión con la tierra, los ancestros y el universo.
Durante la ceremonia, los abuelos o sacerdotes mayas presentan al bebé a los elementos sagrados —agua, fuego, tierra y aire—, pidiendo por su salud, sabiduría y camino luminoso.
El nombre “Jeet’s Meek” significa “el que sostiene al niño”, y simboliza el inicio de su vida espiritual dentro de la comunidad.
Es un momento lleno de cantos, flores, copal y bendiciones que recuerdan que todos formamos parte de un mismo ciclo sagrado.
Un ritual ancestral que sigue vivo, recordándonos nuestras raíces y el poder de la unión familiar y espiritual.