MÉRIDA, YUCATÁN A 3 DE ENERO DE 2017.– No todo fueron desgracias en el año 2016. Si bien en lo deportivo el América no pudo ganar ninguno de los campeonatos de Copa o los dos de Liga o el Mundial de clubes, queda en los anales del deporte una de las más grandes hazañas: el invicto de Lavolpe.
Empecemos por la Copa MX. Si bien las Águilas quedaron fuera en la semifinal con las Chivas, el resultado en el tiempo regular fue de empate a uno. En la instancia de penales, Guadalajara derrotó a su odiado archirrival, pero el resultado oficial fue de iguales a un gol.
Luego vino el Mundial de clubes. Tras el emocionante triunfo ante el Jeonbuk, se dio el compromiso más difícil, contra Real Madrid. El marcador de 2- 0 puede ser engañoso. Aparentemente fue un día de campo del equipo de Cristiano Ronaldo contra un América que sólo se dedicó a que no lo golearan. Pero para el observador profundo, quedó claro que era una estrategia genial de Lavolpe para continuar con su invicto.
Lo anterior, porque tanto el gol de Benzemá cayó en el minuto 45+1 mientras el de CR 7 en el 90+4. Por consiguiente, el resultado en los noventa minutos reglamentarios fue de cero a cero, aunque sólo para los conocedores.
El partido por el tercer lugar del Mundial de clubes ante el Atlético Nacional de Colombia no merece mayor comentario. Aunque los aguerridos aguiluchos de Coapa cayeron en penales, el resultado durante el tiempo regular fue de empate a dos, con lo cual el bigotón mantenía su invicto.
En la Liga MX el exportero dirigió a las Águilas en trece partidos de liga y liguilla, llegando invicto a la final contra los Tigres de la U de Nuevo León. El primer encuentro en el estadio Azteca quedó empatado, preservándose el récord lavolpiano. En el partido de vuelta los azulcremas estuvieron a un minuto de llevarse la corona, aunque las aciagas circunstancias le negaron el galardón. Más tarde se dio el hecho de que fallaron todos los penaltis, pero eso sólo fue un poco de mala suerte.
(En el renglón de penas máximas falladas, el equipo de Televisa también dejó su huella: los dueños del Azteca se dieron el lujo de fallar ¡ocho! tiros de castigo: uno en la semifinal con Chivas, dos contra el Atlético Nacional, cuatro en la final contra Tigres más el que falló Oribe en el partido de ida, lo que debe ser un récord).
Para finalizar sólo diremos que el argentino nunca ha perdido un partido como entrenador en la Liga MX. En tres finales que ha dirigido, ha ganado dos veces y empatado en cuatro, aunque en dos ocasiones no ha logrado coronarse.
Pese a lo anterior ¿quién puede negar que el América es un equipo grande? La grandeza no reside en resultados ni en fríos números: es un estado del alma y una manera de interpretar las cosas.