Chunchucmil, Yucatán a 11 de junio de 2020.- Viven entre el agua podrida de donde brotan miles de gusarapos y hay una invasión de moscos sin importar el horario. Además de respirar el olor putrefacto.
El menor Haram Joel May Miss, vive con sus padres, él albañil, ella, ama de casa y su hermanito al final de la Hacienda de Chunchucmil en el municipio de Maxcanú en el camino que va a San Simón.
Su humilde vivienda a medio construir quedó en medio de una gran laguna que se formó con las torrenciales lluvias de hace más de 10 días en Yucatán.
El menor contó que sus padres les tienen prohibido salir, ya que la única forma es cruzar hacia la siguiente calle es entre el agua, las únicas personas que pueden pisar el agua son los adultos.
Los menores lo que hacen es sentarse en la puerta a ver quién pasa por la zona y platicar de lejos, además de jugar con un palo de escoba el agua podrida repleta de gusarapos que pronto se convertirán en sapitos.
Esa vivienda es la única que aún está entre en el agua de toda la hacienda, la familia está expuesta a diversas enfermedades y allá aunque se les ha brindado la ayuda alimentaria es urgente que haya una fumigación y abatización no solo en ese hogar si no en todo la región.
La mayoría de los extensos solares de esa hacienda están aún están inundados.
Yucatán prácticamente está entre la amenaza del SARS Cov-2, la propagación del dengue, sika, chikungunya, influenza y las enfermedades derivadas a la piel y gastrointestinales.
Ya hay un plan emergente de fumigación y abatización, entrega de larvicida, pero en esa región aún no ha llegado.
El Gobierno del Estado ha solicitado declaratoria de emergencia para más de 70 municipios que han sido afectados por el paso de la tormenta tropical Cristóbal.
Información: Martha Chan
