En un nuevo caso de crueldad animal, ocho perros fueron envenenados en un predio de la calle 73-A con 118 y 120 del fraccionamiento Jardines de Nueva Mulsay II.
El dueño de los animalitos no descarta que este terrible hecho sea para que se quede sin vigilancia su domicilio y sea presa fácil de ladrones.
Lo anterior, debido a que hace unas semanas robaron en la casa de al lado, y al deshacerse de los perros guardianes, los delincuentes creen que ya pueden hacer de las suyas a sus anchas.
Según se averiguó, el señor Felipe Pompeyo descubrió que sus ocho perros, los cuales tiene en el segundo piso de su vivienda en el rumbo mencionado, estaban muertos, y con visibles señas de haber sido envenenados.
De inmediato pidió apoyo al Ayuntamiento de Mérida, llegando hasta su hogar trabajadores municipales que cargaron con los cuerpos de los animalitos, que ya estaban debidamente embolsados para no contaminar por el veneno que hubieran ingerido.
Don Felipe se mostraba triste y muy enojado a la vez, porque dijo que sus perros en el segundo piso no daban molestias a nadie, y por ende no eran amenaza para peatones o motociclistas y ciclistas.
Se presume que el hecho habría sido para librar de vigilancia el domicilio pues, como mencionamos antes, en la casa de al lado hubo un robo semanas atrás, y aunque los ladrones se salieron con la suya, los ladridos de los perros de don Felipe alertaron a los vecinos de la presencia de intrusos.