Mérida, Yucatán, 9 de abril de 2020.- Ligia K., enfermera con más de 30 años de servicio, quien fue agredida con café caliente cuando salía de trabajar, a pesar del mal momento que vivió no se desanima ya que primero está su vocación.
Ni la artritis reumatoide, que la ubica entre los grupos de la población a los que se permite no trabajar por la contingencia sanitaria del Covid-19, la ha hecho claudicar y continúa sus labores con la responsabilidad que amerita este problema de salud mundial, indicó para Con Acento, su hija, Andrea Peniche, quien denunció los hechos en sus redes sociales.
Confiesa que el triste episodio que vivió su madre generó indignación y un sentimiento de impotencia en la familia, que le ha pedido que presente una denuncia ante la Fiscalía General del Estado.
“Mi mamá llego asustada y llorando. Lo que más le asusta es que esta vez fue café ¿pero y en la siguiente?” cuestionó.
Al detallar el hecho, relató que la experimentada enfermera salía de trabajar de una clínica de Umán, guardaba sus cosas en la cajuela de su auto y el agresor aprovechó que estaba de espaldas para aventarle el café caliente, situación que le impidió ver al autor de la mala acción porque éste aceleró su vehículo y huyó.
Aunque pidió el auxilio de un elemento de la policía le fue imposible proporcionar datos del auto y mucho menos identificar a quien la ofendió.
Esa misma razón la desanima a interponer una denuncia por lo que la afectada prefiere darle la vuelta a la página y seguir con su trabajo.
“No me siento cansada y para esto estudie” le dice a su hija Andrea.
La entrevistada volvió a pedir a la sociedad respetar a todas y todos quienes pertenecen al sector salud y portan un uniforme, ya que enfrentan momentos difíciles como lo que representa la pandemia del Covid-19.
“Que la gente no se sienta con el poder de humillar a quien porta un uniforme médico” concluyó.
