Miles de mensajes de vídeo de los fans de Alejandro Sanz conforman el último trabajo y quizás el más personal del artista, el cual se estrenó el 11 de diciembre en Amazon Prime en México, un documental que recopila las diferentes historias de los seguidores del cantante desde todas las partes del mundo durante el confinamiento. Con más de 1.200 horas de imágenes procedentes de hasta 38 países, El mundo fuera resume un año que ha hecho tambalear las vidas de todos y se convierte en el proyecto colaborativo más grande de un artista en lengua hispana.
El mundo fuera, una coproducción de Dada Films & Entertainment, Mow Manager y Universal Music Spain que se estrena en Movistar+ y el próximo viernes 18 sale a la venta en DVD, está dirigido por Charlie Arnaiz, Alberto Ortega y Óscar García Blesa, quienes se sorprendieron por la respuesta masiva que tuvo la idea del artista. “Tuvimos 4.500 corresponsales en todo el mundo contándonos su realidad. Una que, aunque fuera distinta, siempre coincidía en algo con la realidad de otra persona al otro lado del planeta”, reconocen los directores, quienes se enfrentaron a la propuesta de Sanz sin una idea preconcebida, como “un lienzo en blanco”.
El artista hizo el llamamiento a través de las redes sociales y ellos fueron los encargados de crear una plataforma donde iban recibiendo todo el material. Unos vídeos cuya única misión era compartir el día a día que se vivía en La Habana, Japón, La Patagonia, Tailandia, Nueva York, España… pero sin ninguna indicación formal de extensión, grabación, guion, nada. De apenas una hora de duración, la cinta recopila el miedo, la euforia, la tristeza y la añoranza que se vivió durante esos meses de confinamiento. También sirvió para sacar a relucir la parte más artística de muchos, pues la pintura, el baile y la música son claves en los vídeos.
La pandemia, reconoce García Blesa, “ha sido algo novedoso para todos, tanto para gente famosa como para gente anónima”. De ahí que en el vídeo no falten momentos personales del propio artista. Desde las videollamadas con amigos y rostros conocidos como Juanes, Camila Cabello, Pablo Alborán o sus compañeros de La Voz hasta sus conversaciones más íntimas con sus hijos. La mayor, Manuela, le muestra los diseños que iba haciendo ella misma en el confinamiento; el mediano, Alexander, le pone la última canción que ha compuesto; Dylan le sorprende con su manejo de la batería y su afición por el baloncesto y la pequeña Alma le emociona casi hasta la lágrima tocando una pequeña estrofa al piano. Como la mayoría de los ciudadanos, la lejanía con los suyos es lo que peor ha llevado el artista, quien estuvo varias semanas a 6.000 kilómetros de distancia de los dos más pequeños. De ellos se despidió rápidamente durante su paso por Miami (Florida) antes de regresar a Madrid desde Colombia, donde iba a comenzar los conciertos de su gira por América Latina. A la capital llegó junto a su pareja, la artista Rachel Valdés, también protagonista del documental, y ambos se instalaron en la casa que el músico alquiló en la lujosa urbanización de La Finca.
Además de trabajar, esta pandemia ha permitido al que es uno de los artistas españoles más reconocidos del mundo dedicarse tiempo a sí mismo y a los suyos, a quienes cada vez tiene más cerca. Tras el acuerdo de divorcio alcanzado en septiembre con Raquel Perera, esta se ha mudado con los dos hijos de la expareja a España para que los pequeños puedan estar cerca de su padre. También Manuela, fruto de su matrimonio con Jaydy Michel, se ha mudado de México a Madrid junto a su madre, la pareja de esta y su hermano pequeño. El único que continúa con su vida lejos es Alexander de 17 años e hijo de la diseñadora puertorriqueña Valeria Rivera, que vive en Miami.
Su hogar y su gente no han sido las únicas ventanas que Alejandro Sanz ha querido mostrar al público. El cantante también ha desvelado que pasó la covid-19 muy al principio de la pandemia y fueron semanas complicadas. “Yo también pasé el virus. Me faltaba el aire. Tenía síntomas incómodos y entiendo perfectamente sus peligros. Por eso solo tengo gratitud para los que nos curaron”, cuenta el artista, quien también hace de hilo conductor en la narración del vídeo.
Ni la enfermedad ni el confinamiento diluyeron sus fuerzas de entretener a sus seguidores y durante los meses de encierro fue de los primeros artistas en organizar un concierto en streaming, charlar con su público, mandar mensajes de ánimo en sus redes sociales, componer nuevas canciones y engendrar el que quizás haya sido su proyecto más personal. “Paradójicamente, ha sido el año que más activo ha estado”, dicen quienes le conocen. Ahora, nueve meses después y tras mirar el mundo interior de manera impuesta, Alejandro Sanz invita a lanzar una mirada ilusionada al mundo de fuera.
Fuente: El País