Carmen masajea uno de sus senos, después lo acerca a un frasco de vidrio y a cuentagotas empieza a extraer leche que donará al Instituto Nacional de Perinatología (INPer). A pesar del entusiasmo de la mujer, para Silvia Romero Maldonado, encargada del Banco de Leche Materna, en el país falta cultura de donación.
En un mes, el INPer recolecta entre 100 y 150 litros de leche, que al año suman más de mil 500 litros, usados para alimentar a los recién nacidos prematuros o a aquellos que no pueden ser amamantados por sus madres; sin embargo, Romero Maldonado lamenta que al igual que ocurre con órganos y sangre, a la población le cuesta donar leche materna.
“En el país hay alrededor de 40 bancos de leche materna, pero sólo entre 20 y 25 están funcionando. Hace falta más difusión, convencer a las mamás que tienen excedente de leche que la donen, que a otros niños les hará mucho bien”, comenta.
La especialista advierte que los mitos son otro obstáculo que impide que más mujeres donen leche.
“Se ha dicho que la vendemos y es totalmente falso. No cobramos por dársela a los bebés que nacieron prematuros o con algún problema de salud. También se dice que la leche no es buena, que ya no sirve; es mentira, aquí la pasteurizamos y dura hasta cuatro meses, lo que nunca ocurre, porque la demanda es alta”.
Hoy, al conmemorar el Día Mundial de la Donación de Leche Materna, Romero Maldonado invita a todas las mujeres que tengan excedente de leche a donarla: “No necesariamente al instituto, pero sí al banco que les quede más cerca”.
Como ejemplo puso a Carmen, quien a sus 40 años tuvo a Darío, su segundo hijo, quien por complicaciones por ser un bebé prematuro no puede consumir leche materna.
“Mi embarazo fue de alto riesgo, llegue al INPer con presión alta y mi niño nació de 32 semanas. Al principio tomó leche donada, porque yo no producía”, relata.
A tres meses de su nacimiento, los médicos detectaron que Darío no puede tomar leche materna porque afecta sus intestinos, por ello Carmen se convirtió en una donadora frecuente: “En un día he llenado hasta siete frascos, cuando me saco la leche pienso en mi bebé, en que él tiene necesidades diferentes, pero otros recién nacidos se podrán beneficiar con lo que dono”, expresa.
Consumirla puede evitar muertes. En el INPer, desde 1977 se usó el excedente de leche de madres de niños hospitalizados para distribuirla entre recién nacidos prematuros, pero debido al VIH se dejó de ofrecer, explica Romero Maldonado.
“El lactario sólo funcionaba para recolectar y distribuir leche de manera homóloga, por fortuna, en diciembre de 2012 [se] inició el funcionamiento del Banco de Leche Humana del INPer”.
Una vez que la leche es entregada por las madres, ésta se congela para después pasteurizarla y así poder alimentar a los recién nacidos graves.
“En la actualidad, en un mes recolectamos 140 litros de leche, tan sólo de mamás que se atienden en el INPer. Con esa cantidad se atienden entre 50 y 55 niños por mes”, dice.
La encargada del Banco de Leche Materna advierte que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un año se podrían prevenir un millón de muertes si se lograra revertir el declive de la lactancia.
“En realidad, consumir leche materna puede evitar muertes, se sabe que cada 30 segundos ocurre un deceso infantil que pudo prevenirse si los niños hubiesen tomado esta leche. En México, sólo 30 de cada 100 niños son alimentados con leche materna, debemos revertir este número”, enfatiza.
“Es oro líquido para los bebés”. A Carmen le faltaron por lo menos siete semanas para que su embarazo terminara, pero debido a que sufría presión alta, fue considerada paciente de alto riesgo. “Cuando Darío nació estaba muy chiquito, lo tuvieron que entubar y luego nos dijeron que tenía apnea e inflamación del estómago. No podía alimentarlo, entonces le dieron leche de otra mamá”.
Ahora que sabe que el intestino de su hijo se adelgazó y no puede ingerir leche materna, Carmen se ha solidarizado con aquellas madres que no pueden alimentar a sus bebés.
“Sí me hubiera gustado alimentar a mi Darío, que la leche que produce mi cuerpo fuera para él, pero no es así. Me toca aportar un granito de arena y por eso dono, porque la leche es oro líquido para los bebés”.
Para que las madres sean candidatas como donadoras, Romero Maldonado explica que el INPer les realiza una revisión clínica y un examen de sangre. Además, la mujer debe estar lactando a un niño menor de un año y firmar un documento en el que autorice que su leche sea donada.
La especialista subraya que hay madres con cáncer, VIH o alguna enfermedad que les impide alimentar a sus hijos, por ello invita a que la sociedad se acerque a los bancos de leche: “Donar es un acto de amor, las madres que no producen leche o que por alguna enfermedad no pueden alimentar a sus bebés en realidad agradecen esta generosidades”.
Fuente: El Universal