En una cueva al sur de Yucatán, investigadores y espeleólogos hallaron impresiones rupestres de 137 manos, la mayoría de niños mayas.
El descubrimiento podría tener hasta mil 200 años de antigüedad, de acuerdo a estudios hechos en la zona.
Las huellas de las manos son de color negro y rojo, y su impresión se debería a un ritual de transición de la niñez a la pubertad.
“Hacían un ritual de iniciación en el que imponían la mano en color negro que significa muerte. Imprimían la mano en color rojo que significa guerra o vida y era una forma de que los niños renacieran al nuevo mundo”, detalló el especialista Sergio Grosjean.
Por su parte, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señaló que las manos halladas en cuevas y en estructuras mayas, son un código y que aún falta establecer la razón exacta.
“Fueron usadas por los mayas antiguos como una parte de un lenguaje escrito, es importante señalar, no están ahí al azar, no están ahí porque a alguien se le ocurrió, están denotando un código de comunicación que para nosotros los arqueólogos es aún desconocido”, concluyó Marco Santos, director de la Zona Arqueológica de Chichén-Itzá.
La ubicación de la cueva se mantiene en secreto y sin abrir al público, ya que los trabajos de investigación continúan.
