GUADALAJARA.-El cura Miguel Domínguez ofrecía una misa en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Jalostotitlán, Jalisco, cuando de pronto recibió una llamada.
El sacerdote detuvo la lectura durante la homilía al darse cuenta de que tenía una llamada en su teléfono móvil del Papa Francisco.
Domínguez dio la espalda a los feligreses que seguían la misa por redes sociales, abandonó el altar y entró a la sacristía.
Luego se escucha la aparente voz del papa Francisco diciendo «creo que todavía aguanto», en respuesta a una pregunta del cura.
«¿Cómo están sus pulmones?», pregunta Miguel. «Bien, muy bien. ¿Qué estás haciendo vos ahora?», le cuestiona Francisco y le pide que envíe un saludo a sus feligreses.
«La bendición y que recen por mí», exclama el papa.
«Disculpen. ¿Se oyó? ¿un poquito? Le damos un aplauso al papa, ¿no? Que se toma el tiempo de llamar y de saludarlos; que nos sintamos fortalecidos con eso». Y prosigue el cura Miguel con la lectura como si nada hubiera pasado.
