Corea del norte aprobó un nueva ley que prohíbe el consumo de cualquier producto de influencia extranjera y el castigo por desobedecer puede ser hasta la pena de muerte.
El mandatario Kim Jong-Un considera que el habla, los peinados y la ropa promovida por las producción extranjeras son “venenos peligrosos” para la sociedad.
Por ello, cualquier persona que sea sorprendido con medios de comunicación de Japón, Corea del Sur o Estados Unidos será condenado a pena de muerte.
Además, quienes consuman alguna serie extranjera pueden terminar en un campo de prisioneros por 15 años.