La angiostrongiliasis es una rara enfermedad infecciosa que afecta al cerebro de las personas, causando fiebres y convulsiones violentas que desembocan en la muerte del paciente. Y, actualmente, en el archipiélago de Hawai se ha detectado un brote de esta terrible afección. Por ese motivo, las autoridades sanitarias han advertido a los ciudadanos que, entre otras cosas, ni se les ocurra tocar o coger con la mano a un caracol. Pero, ¿por qué?
La causa de esta alerta reside en que el causante de la enfermedad es un parásito llamado Angiostrongylus cantonensis que se genera en el organismo de las ratas. A través de las heces de estos roedores, el microorganismo infecta a otras criaturas principalmente babosas y caracoles.
El ser humano puede contagiarse comiendo caracoles infectados o, simplemente, por cogerlos con la mano a través de las mucosas que segregan estos moluscos. También comiendo verduras sin lavar en las que hayan quedado restos de las babas de caracoles infectados.
El riesgo de contraer el parásito como ya hemos dicho no es muy elevado. Pero conviene no bajar la guardia. En España, sin ir más lejos, se detectó en 2015 que su presencia era abundante entre la población de moluscos de la isla de Tenerife.