Últimas estadísticas del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) reportan un considerable aumento de los crímenes de odio en Estados Unidos.
El Departamento de Justicia estadounidense considera crimen de odio cuando el delito se ve motivado por la raza, religión, discapacidad, orientación sexual, etnia, género o identidad de género.
Los ‘incidentes de odio‘ son actos de prejuicio que no son delitos y que no implican violencia, amenazas o daños a la propiedad.
En 2016, el FBI registró 7 mil 321 crímenes de odio, de los cuales, en el 58.9 por ciento las víctimas fueron atacadas por la raza, origen étnico o ascendencia del agresor.
El 21.1 por ciento fueron víctimas por la religión del atacante.
Para 2017, los crímenes de odio aumentaron a 8 mil 437, siendo nuevamente la principal motivación la raza, etnia o ascendencia.
En segundo lugar de causas está la religión y, en tercero, la orientación sexual.
El 27.5 por ciento del total de crímenes de odio ocurrieron en o cerca de residencias y casas. El 17.9 por ciento en la vía pública; 10.5 por ciento en escuelas, y en cuarto sitio, con 5.8 por ciento, en estacionamientos, lotes de autos o garages.
Sobre la identidad de los atacantes, el FBI informó que el 50.7 por ciento eran blancos; el 21.3 por ciento negros o afroamericanos y el 19.1 por ciento de raza desconocida.
El 83.0 por ciento tenía 18 o más años de edad.
Con información de López-Dóriga Digital