Por eso dicen que son carreras, no carreritas y un abuelito se gradúa a los 87 años en Estados Unidos.
A muchas generaciones les pasó que debieron parar sus estudios por diversas situaciones, ya sean económicas, familiares e incluso sociales, pero que dejaron a muchas generaciones con algún nivel académico inconcluso.
Rene Neira tuvo que parar sus estudios en los años 50, porque se enamoró, dejando su carrera inconclusa y dentro de una intermitencia de tantos años logró terminar la universidad, pero no lo hizo sólo, lo hizo con su nieta Melanie Salazar.
«En los años 50, comenzó la escuela, luego se enamoró y formó una familia. Luego regresó en los 80, los 90, principios de los 2000, y luego dio la casualidad de que regresó a la escuela nuevamente al mismo tiempo que yo comenzaba», dijo Melanie.
Ambos estudiaron en la Universidad de Texas en San Antonio, mientras que Rene estudió Economía, Melanie estudió Comunicación, aunque nunca compartieron clases, se llegaban a cruzar en el campus, desayunaban e incluso estudiaban en la biblioteca juntos.
«Él siempre tenía algo que decir, especialmente si sus profesores tenían opiniones diferentes a las de él. Y había ocasiones en las que un profesor hablaba sobre el pasado y decía: ‘Oye Rene, viviste esa época, cuéntanos más sobre lo que recuerdas de ese tiempo’”, contó Salazar.
Neira tuvo muchos problemas de salud, por lo que tuvo que pausar un semestre por un derrame cerebral, pérdida auditiva de un oído, la pandemia por covid y además de no contar con auto, pero eso no fue impedimento para lograr concluir.
Bien dice que no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla y Rene logró terminar su carrera al mismo tiempo que su nieta, siendo algo sin precedentes para los dos. «Es hermoso ver el final de un capítulo. Antes de morir, antes de pasar, pudo caminar por el escenario, como había estado trabajando desde los años 50», concluyó Melanie.
Fuente y fotos: Milenio