Una bebé nacida el mes pasado en la Clínica Cleveland es la primer menor en Norteamérica que tuvo una madre que recibió un trasplante de útero de una donante muerta.
El trasplante uterino es un campo en rápida evolución, señaló la especialista en medicina materno-fetal Uma Perni, quien formó parte del equipo de atención a la madre.
“Es importante recordar que esto todavía es una investigación, pero es emocionante ver cuáles son las opciones para las mujeres en el futuro”, indicó.
La madre, de 30 años, forma parte de un innovador estudio de investigación que involucra a 10 mujeres con infertilidad por factor uterino.
El estudio está evaluando si recibir un trasplante de útero de un donante muerto podría permitir que estas mujeres queden embarazadas (a través de la fertilización in vitro) y que puedan llevar y dar a luz a un bebé.
A diferencia de otros programas de trasplante de útero, la prueba de la Clínica Cleveland utiliza solo úteros de donantes que han muerto recientemente. Esto elimina el riesgo de dañar potencialmente a un donante vivo, que necesitaría someterse a una cirugía abdominal mayor para extirparle el útero.
“El trasplante de un útero en una mujer es un procedimiento complejo que requiere la supresión de la respuesta de su sistema inmunológico“, explicó el cirujano de trasplantes Andreas Tzakis.
Agregó que “a través de esta investigación, nuestro objetivo es hacer que estos eventos extraordinarios sean comunes para las mujeres que eligen esta opción. Estamos agradecidos con el donante. Su generosidad permitió que el sueño de nuestro paciente se hiciera realidad y que naciera un nuevo bebé”.
Desde que comenzó la prueba, el equipo ha completado cinco trasplantes de útero, tres de los cuales tuvieron éxito (incluido este, que dio como resultado el nacimiento de una niña).
Actualmente, dos mujeres están esperando recibir transferencias de embriones, y varias candidatas más están esperando un trasplante.
Con información de López-Dóriga Digital