Hunucmá, Yucatán.-Sin más explicación que la naturaleza, de un árbol de naranja dulce crecen calabazas gigantes que pesan de 6.5 a 8.2 kilogramos.
Un campesino recibió semillas de calabaza que sembró en su milpa, pero no crecieron y murieron al poco tiempo. Pero misteriosamente, una semilla cayó cerca de un árbol de naranja en el patio de su casa.
A partir de eso, creció una enredadera alrededor de la naranja y cuando se dio cuenta, en vez de naranja dulce, del árbol colgaban calabazas. Y no eran calabazas normales, sino totalmente grandes.
Don Andrés Medina Tzec se tomó el tiempo para ponerle protección a los nuevos frutos. Para que las calabazas no se cayeran, les hizo un soporte cuadrado que colgó con hilos a otras ramas para que las calabazas siguieran su crecimiento.
Ahora, las enredaderas que debieron correr sobre la tierra, ahora son aéreas. Y Median Tzec está a punto de cosechar sus primeras calabazas del árbol de naranja. (Fuente: Por Esto)