CIUDAD DE MÉXICO, A 14 DE MAYO DE 2017.- “Realmente el (sic) Codeme no sirve para nada. El (sic) CAAD tampoco sirve para nada”, se burló Ángel Díaz, entrenador de esgrima de Yucatán quien junto con la secretaria general (y presidenta de la Asociación de Puebla), Ángeles Cervantes; el tesorero, Raúl Cruz; el presidente de la Asociación del IMSS, Benjamín Benítez, y la abogada Rosario Flores Esqueda se confabularon para amañar la asamblea en la que Jorge Castro Rea, reeligió por cuatro años más como presidente de la Federación Mexicana de Esgrima (FME).
Castro Rea ha presidido la FME durante 12 años. Para garantizar su permanencia por al menos 16, manipuló la convocatoria, los requisitos que debían cumplir las asociaciones estatales para tener derecho a voto y sus propios estatutos. Así, aseguró que quienes estaban a su favor sufragaran, y puso obstáculos para que no pudieran hacerlo quienes se oponían a la reelección.
Holda Lara, madre de la sablista Paola Pliego, ya había anunciado su intención de pelearle la presidencia de la FME a Jorge Castro, también maquinaron cómo dejarla fuera, pues ella sí cumplía los requisitos para ser candidata.
Lara no pudo participar porque nadie le recibió el registro de su planilla en el lugar y hora que la FME había difundido que aceptaría las candidaturas. Simplemente no había nadie que abriera la puerta de las oficinas ubicadas en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano.
La Comisión de Apelación y Arbitraje del Deporte (CAAD) es el máximo tribunal de justicia deportiva en México. “Fíjense qué va a pasar: en este caso, la autoridad máxima voy a ser yo mismo. Nosotros mismos”, remató Castro, según se escucha en declaraciones registradas en cinco horas de grabación que Raúl Cruz realizó en aquellas reuniones en la Riviera Maya. El ahora extesorero se dice perseguido por Jorge Castro. Explica que lo quiere dejar fuera de la esgrima y que ya se atrevió a pedirle al Instituto del Deporte de Yucatán que lo cese como entrenador.
El presidente de la FME aprovechó también que la Conade no ha instalado el Consejo de Vigilancia Electoral Deportiva (Coved), a pesar de que esta figura jurídica está prevista en la Ley General de Cultura Física y Deporte (artículos 58 al 63 del Reglamento de la Ley) desde hace cuatro años. Esta omisión de la máxima autoridad deportiva nacional abrió la puerta para que se gestara una elección fraudulenta.
“La Federación de Esgrima es una asociación civil que se maneja por sus propios estatutos y no tienen que ver los órganos de vigilancia. La Conade no tiene derecho a opinar, porque la autoridad la tiene Conade, pero no ha hecho el órgano de vigilancia”, les dijo Jorge Castro a los arriba mencionados durante un par de reuniones que sostuvieron el 18 y el 19 de diciembre de 2016 en el hotel Iberoestar, en la Riviera Maya.
Castro se reunió con integrantes de su Consejo Directivo para elaborar la convocatoria de la elección que se realizaría el 18 de enero de este año. Ahí fraguaron los requisitos para que sólo votaran las asociaciones afines a Castro sin, según ellos, dejar rastros, para que la asamblea no pudiera ser impugnada.
La abogada Rosario Flores –que, según sus propios dichos, también asesora a las federaciones de judo y karate– los auxilió para que la elección pareciera legal. “Nosotros tenemos que arreglarnos entre familia”, soltó Castro.
“La Codeme no se va a meter”, festejó Flores, en alusión a la Confederación Deportiva Mexicana, que no fue incluida de la Ley del Deporte en 2013 y cuya labor era justamente vigilar la legalidad de los procesos electorales. “Ni el Coved ni la Conade. Por eso digo: nos vamos a gobernar nosotros”, se ufanó Castro.