ESTADOS UNIDOS, A 16 DE FEBRERO DE 2017.– El apoyo a los migrantes en Estados Unidos con un día de cierre de comercios dio una muestra a Donald Trump que no debe asumir medidas a rajatabla. «Señor presidente, sin nosotros y sin nuestro aporte, este país se paraliza», continúa el llamamiento.
Varios restaurantes, entre ellos algunos de los más famosos de Washington, se han puesto de acuerdo para cerrar sus puertas o trabajar a media máquina, en solidaridad con la protesta denominada un ‘Día sin inmigrantes’ contra la política antiinmigración del presidente Donald Trump.»Indocumentados, residentes, ciudadanos, inmigrantes del mundo entero. Unámonos todos», se lee en uno de los ‘pósters’ que han sido difundidos en las redes sociales llamando a la huelga.
De acuerdo a una nota publicada en el Mundo, la iniciativa lanzada el pasado fin de semana y sin organización centralizada fue al inicio poco respaldada. Pero el anuncio de que sería secundada por grandes restaurantes de la capital estadounidense pareció inspirar a otros locales de Washington y también de Nueva York y Filadelfia.El chef hispanoestadounidense José Andrés, en conflicto con Donald Trump, decidió cerrar cinco de sus restaurantes «en apoyo» a los empleados, dijo en Twitter.
«En apoyo a todos los inmigrantes estaremos cerrados (el) jueves», se lee en un cartel detrás del vidrio de un restaurante mexicano con sus puertas cerradas en el barrio de Harlem en Nueva York. Sus dueños apoyaron la convocatoria hecha por redes sociales con el fin de protestar contra las medidas migratorias del nuevo gobierno de Donald Trump y mostrarle la importancia de los inmigrantes en Estados Unidos.
Se desconoce quién o qué organización hizo el llamado que se viralizó con el transcurso de los días por las redes sociales con la consigna «no ir a trabajar, no abrir nuestros negocios, no comprar en tiendas o por internet, no comer en restaurantes, no comprar gasolina, no ir a clases, no mandar a nuestros hijos a la escuela». Pero en ciudades de todo el país, desde Austin hasta Washington DC, algunos negocios –especialmente restaurantes que suelen emplear una gran cantidad de inmigrantes– decidieron no abrir como gesto de respaldo.
«Es una manera de demostrar que como latinos tenemos un poder económico muy importante dentro de la comunidad y que no lo pueden dejar de lado simplemente por iniciativas o leyes que no tienen ni pies ni cabeza», dijo Paul Castillo, gerente de la taquería Arandinas, en el norte de Austin, Texas, en alusión a las órdenes ejecutivas y medidas migratorias de Trump que han sembrado el miedo entre los inmigrantes hispanos.
Decenas de personas también marcharon por calles de Austin para repudiar las políticas del nuevo gobierno.
Más al norte, en Washington DC y en Chicago, otros propietarios que están de brazos caídos este jueves son los famosos chefs José Andrés, quien afrontó una demanda de Trump por cancelar un plan para abrir un restaurante en un hotel de Washington, y Rick Bayless. El español José Andrés explicó a Univision Noticias que cerró sus locales para decirle a la administración del empresario convertido en político que «formamos parte del ADN de América. América no puede funcionar sin nosotros».