
Durante su presentación en el festival Órale Wey Fest, en el estadio El Campín de Bogotá, Eduin Caz lanzó una botella de licor contra la pantalla que mostraba el cronómetro del concierto justo cuando marcaba el fin del tiempo permitido.
Tras romper la pantalla, gritó: “¡De aquí nos vamos hasta que amanezca, Bogotá!”, generando una ovación inmediata del público y extendiendo la presentación más allá del horario originalmente establecido.
El hecho se volvió viral: muchos asistentes corearon los éxitos de la banda y celebraron la rebelión simbólica contra el límite de tiempo.
Aun así, el gesto generó divisiones: mientras algunos lo vieron como una muestra de entrega, otros lo calificaron de innecesario o violento por dañar equipo técnico.
Horas después, Eduin Caz publicó en redes sociales un mensaje pidiendo disculpas por los daños: “Gracias, Bogotá. Mándenme a dónde deposito lo de la tele, perdón”.
