
La ciudad palestina de Belén volvió a llenar de luces y esperanza la Plaza del Pesebre, tras dos años de silencio por la guerra en Gaza.
Familias, cristianos y musulmanes, se reunieron bajo el árbol iluminado para celebrar juntos, encendiendo un símbolo de fe, paz y resiliencia en tiempos difíciles.
Una señal de vida colectiva y un recordatorio de que, incluso en la adversidad, la esperanza sigue brillando.
