
En una ladera del sur de Brasil existe un lugar único en el mundo: una favela construida para perros y gatos rescatados.
Más de 1,600 perros y 200 gatos viven allí, protegidos por una comunidad que decidió que el abandono no sería su destino final.
No hay lujos, solo techos de zinc y caminos de tierra, pero sí algo mucho más valioso: amor y pertenencia.
Cada casa fue levantada con ternura, cada plato de comida es una promesa cumplida y cada ladrido, un eco de esperanza.
Este santuario nació del sueño de cambiar el mundo, y hoy demuestra que la empatía también puede construir hogares.
Fotos: Cosas de gatos