
La Semarnat reconoció ante legisladores que las obras del Tren Maya han causado daños a cenotes y cavernas en la Península. 
En especial, el tramo 5 ha sido señalado por afectar al menos ocho cavernas y cenotes. 
Aunado a eso, la dependencia admitió que parte del proyecto opera sin permisos ambientales vigentes. 
¿Qué se está haciendo al respecto?
Se habla de regularizar permisos, imponer condicionantes estrictas y ejecutar trabajos de limpieza, retiro de concreto y mitigación en las zonas dañadas. 
Estos ecosistemas subterráneos no son meros agujeros; son fuentes de agua, memoria geológica y vida.
Lo que el Tren Maya rompió no se ve desde arriba. Años después de su inauguración, al autoridades ambientales, por fin lo admiten.
Los cenotes no se pueden reconstruir. Pero sí podemos proteger los que quedan.