
Después de días de angustia, Cerecito, el cachorro que sobrevivió a la explosión de la pipa de gas en la CDMX, por fin abrió sus ojitos.
Su recuperación es un símbolo de esperanza en medio de la tragedia.
A pesar de las heridas y el dolor, Cerecito nos recuerda que la vida siempre encuentra la forma de seguir adelante.
Hoy, este pequeño guerrero se ha convertido en el corazón que late más fuerte entre los escombros.