Caesar, un perrito de diez años que sufre una ansiedad de separación extrema, logró encontrar su hogar entre el personal y los prisioneros de una prisión en Tasmania, Australia.
Este lomito era parte del programa “Cachorros en libertad condicional” y solía visitar la prisión regularmente para ser entrenado y socializado por los reclusos.
La idea era que eventualmente sería adoptado, pero su ansiedad, que no le permitía estar solo más de 30 minutos, impidió a posibles adoptantes fuera de la prisión.
Fue entonces cuando los reclusos de la prisión de mínima seguridad se unieron y recaudaron 14 mil dólares australianos, unos 173 mil 390 pesos mexicanos para adoptar al ansioso perro.
“César se preocupaba tanto cuando salía que en realidad solo estaba feliz cuando estaba aquí”, dice el oficial de prisiones Wayne Schulze.
Información de Con Acento.