Por: Paloma Ceballos
Mérida, Yuc.- ‘Chaac’, dios de la lluvia de los mayas, hizo “llorar» a Mérida como aquel lunes 15 de abril de 1957, cuando la aeronave en la que viajaba el cantante y actor Pedro Infante se impactó en la esquina conocida como ‘La Socorrito’.
La angustia y desesperación se vivió de nuevo en la esquina de la calle 54 por 87 minutos después de las 8:00 horas cuando la lluvia se hizo presente, momento justo en el que hace 61 años se confirmará que el ídolo había muerto.
«Mi suegra estaba sacando agua del pozo del patio de la casa, yo la observaba desde la ventana, cuando ví su rostro, era de horror cuando ella vió que tremendo monstruo (la avioneta) que está viniendo ahí, ella pega el grito y se desmaya, el avión que aplano allá así a unos metros de ella, ella había muerto, pero todo esto es terreno de mi suegro, era terreno, todo, media cuadra y pues y allá cayó el avión», recuerda Doña María Remigia García, una de las testigos del accidente que aún vive en la misma esquina donde la avioneta se estrellara.
La tradicional misa, la ofrenda floral y el mariachi se hicieron presentes en el aniversario luctuoso del llamado “ídolo de Guamúchil.
Después de más de seis décadas, su hijo, Armando el “Torito» Infante agradeció que Mérida «mantenga vivo» al autor de ‘Amorcito Corazón’ con la estatua, museo y parque en su honor.
«Lo que tenía mi papá es que era contento con la gente y así como trabajaba en las películas así era él y por eso la gente lo quiere, 61 años que tiene ahorita tiene 61 años y la gente feliz, lloviendo», dijo.
Más de 500 fans se dieron cita para homenajear y hacer vibrar a todo Mérida al interpretar las canciones de su cantante favorito, para los fanáticos, la lluvia fue un mensaje de Pedro Infante para anunciar que estuvo presente en el evento.
«Es bonito porque un ídolo que a sus 61 años se ha seguido recordando y se seguirá recordando por muchos años más, por todo lo que hizo, ya vieron la señal que dio está muy contento porque eso no es lluvia son lágrimas de Pedro Infante», señaló Manuel Cuevas.
.- Ojalá hubieran otros igual que él, pero desgraciadamente él se nos fue y ya no podremos tener a otro igual porque su voz jamás será imitada, es un personaje divino, que si me está oyendo él sabe que cuando era una niña todas sus películas las veía, indicó Genny Castillo, quien coreó las canciones del ídolo durante el homenaje.
La carrera atlética en su nombre, el desayuno y demás participaciones en su honor son parte del tributo al ídolo mexicano en esta tierra maya.
