Júpiter y Saturno resplandecen este fin de semana más de lo normal. Hasta el punto de que, este 7 de noviembre, serán fácilmente reconocibles a simple vista incluso para los observadores menos avezados. Tan solo hará falta mirar hacia el cielo en dirección sur tan pronto se ponga el sol.
La delgadez de la luna creciente permitirá a Júpiter ser el objeto más brillante del firmamento. Y a su lado, justo a la derecha, se podrá localizar por su tono dorado a Saturno.
La guinda, aunque con algo más de dificultad, será Venus. Planeta que se ubicará en dirección suroeste brillando como una bola blanca al carecer de rasgos distintivos. Será el mágico momento en el que se puedan observar tres planetas a la vez.
Aunque la estampa no durará mucho ya que Venus, el segundo planeta del Sistema Solar, será el primero en desaparecer siguiendo la estela del sol.
Este espectáculo coincide con dos nuevos estudios publicados en la revista Science firmados por científicos de diversas instituciones estadounidenses, británicas e israelíes, entre otras, que han determinado que la Gran Mancha Roja de Júpiter -el mayor y más emblemático vórtice del Sistema Solar- se extiende más profundamente de lo pensado hasta la fecha.
Los investigadores, liderados por Scott Bolton, del Southwest Research Institute (Texas), y Marzia Parisi, del Jet Propulsion Laboratory de Pasadena (California), utilizaron mediciones de microondas y de gravedad, respectivamente, de la nave Juno para caracterizar los vórtices atmosféricos de Júpiter, incluido la Gran Mancha Roja.
Fuente: La Vanguardia