Un equipo internacional de investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) ha revelado este miércoles que logró identificar, el que probablemente sea el genoma humano moderno más antiguo de Europa.
Tras realizar el análisis del cráneo de una mujer –conocida como ‘Zlatý kun’ (‘caballo de oro’, en checo) y hallado en la década de 1950 en Checoslovaquia–, los científicos descubrieron que su genoma llevaba un 3% de ascendencia neandertal, similar a la de otros cazadores-recolectores del Paleolítico superior, pero presentaba tramos más largos de ADN de los neandertales que el hombre de Ust’-Ishim de Siberia, de 45.000años de antigüedad, el genoma humano moderno que se consideraba más antiguo hasta ahora.
Los resultados sugirieron que la mujer era una de los primeros habitantes de Eurasia tras la expansión fuera de África e integraba un grupo que se formó antes de que se separaran las poblaciones que dieron lugar a los europeos y asiáticos actuales.
«Los resultados de nuestro análisis de ADN muestran que Zlatý kun vivió en una época más cercana al evento de mezcla con los neandertales», afirmó Kay Prüfer, coautor del estudio, publicado en la revista Nature Ecology & Evolution.
Los científicos pudieron estimar que la mujer vivió aproximadamente 2.000 años después de la última mezcla entre los neandertales y los humanos modernos, y basándose en estos resultados, el equipo sostuvo que representa el genoma humano más antiguo hasta la fecha, aproximadamente de la misma edad –si no unos cientos de años más– que Ust’-Ishim.
«Resulta bastante intrigante que los primeros humanos modernos de Europa no tuvieran éxito», apuntó Johannes Krause, autor principal de la investigación y director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, y detalló que al igual que Ust’-Ishim, «Zlatý kun no muestra ninguna continuidad genética con los humanos modernos que vivieron en Europa después de hace 40.000 años».
Una posible explicación de la discontinuidad es la erupción de Ignimbrita de Campania en el Mediterráneo -cerca de la actual ciudad italiana de Nápoles- hace aproximadamente 39.000 años, que afectó gravemente al clima en el hemisferio norte y pudo haber reducido las posibilidades de supervivencia de los neandertales y los primeros humanos modernos en gran parte de la Europa de la Edad del Hielo.
Fuente: Actualidad RT /Foto: Martin Frouz