La tristemente célebre “cárcel de ballenas” del mar de Ojotsk, en el Lejano Oriente ruso, ha sido desmantelada para impedir que se repita esta práctica, según ha informado este jueves la Fiscalía General de Rusia.
“Con el fin de impedir el futuro uso ilegal de este espacio marítimo y la creación de una nueva ‘cárcel de ballenas’, han sido desmanteladas las construcciones flotantes que quedaban en la bahía a solicitud de la Fiscalía de Protección Ambiental de la región del Amur”, ha señalado la entidad en un comunicado.
La Fiscalía afirma que controla, a petición del presidente ruso, Vladímir Putin, las labores de protección de los mamíferos marinos de esta región y, en particular, aquellos que fueron sometidos a cautiverio en la bahía Sredniaya de Primorie.
Además, ha informado de que, a solicitud de las organizaciones de protección de la naturaleza, se han extendido los controles a internet, a fin de impedir la comercialización de cetáceos.
“Gracias a la intervención de la Fiscalía en dos años han sido bloqueados más de cien sitios web” dedicados a la venta de este tipo de animales, indica la entidad, que asegura dedicar “una atención especial al estado de los delfinarios” existentes en Rusia.
El escándalo de la “cárcel de ballenas”, donde se encontraban retenidas casi un centenar de orcas y belugas, se desató a principios de 2019 y se convirtió en un grave problema de imagen para Putin, que siempre se había declarado un firme defensor de los animales.
Tras múltiples reclamos de los ecologistas, que se oponen categóricamente al uso de estos animales con fines recreativos, las autoridades rusas tomaron cartas en el asunto y liberaron las 87 belugas, 11 orcas y 5 crías de morsa cautivas.
Fuente y foto: El HuffPost / EFE