Los tacos peligran. La guerra en Ucrania ha provocado un encarecimiento de insumos y el aumento de precios del maíz, esencial para la producción de tortillas de maíz, un producto que consumen el 98% de los mexicanos.
En La Morena, una tortillería tradicional del barrio Pensil Sur, en el norte de Ciudad de México, la dependienta Carmen Hernández lidia ahora con una clientela molesta por este aumento de los precios, un fenómeno que no había vivido durante los 12 años que trabaja en este negocio.
«Se enoja, claro que sí. La gente de hecho cree que esa situación de subir la tortilla es de nosotros, pero en realidad no. Es el mismo incremento del maíz el que hace que uno esté subiendo el kilo de tortilla», asegura Hernández.
En México, los precios de la tortilla de maíz subieron un 17,42 % anual en la primera quincena de abril, eso es más del doble de la inflación general de 7,72 %, la tasa más alta de México en 21 años.
“Durante mucho tiempo la tortilla siempre costó lo mismo», pero «de unos años para acá el incremento ha sido desproporcionado», dice Isaac Sánchez, el administrador de La Morena.
Sánchez afirma que “ha habido un aumento de un 20 a 25 % en dos años. La crisis del clima le ha golpeado al maíz porque la sequía ha hecho que haya menos, cueste más, aunado al conflicto de Rusia y Ucrania, eso ha vuelto loco al tema de los granos en el mundo, y podemos decir que ha subido y subirá”.
Hace dos años, el kilo de tortilla costaba 15 pesos o unos 75 centavos de dólar, pero ahora el se ubica en 20 pesos o cerca de 1 dólar. En cálculos, esto significa que por la misma cantidad de dinero una familia obtiene ahora entre 10 y 12 tortillas menos.
La tortillería cuenta con 16 empleados y produce diariamente unos 1.800 kilogramos de tortilla. Pero no son los únicos, allí existen más de 110.000 negocios de elaboración de tortillas de maíz y molienda de nixtamal, un maíz cocido con agua y cal, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi.
Todos los negocios ahora enfrentan la ira de sus clientes por el aumento de precios. «Hemos tenido que explicarles por qué y tratar de ofrecerles un producto acorde a su necesidad, aunque sin duda alguna podemos decir que estamos vendiendo un poco menos porque la gente también consume menos. Tal vez ofrecerles otras alternativas, pero finalmente la tortilla nada la puede sustituir”, dice Sánchez.
Un plan incierto
Recientemente el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el «plan antiinflación» de «precios de garantía» que busca controlar 24 productos de la canasta básica, incluyendo al maíz y la tortilla.
Lopez Obrador pidió a los campesinos, para que «se siembre maíz, se siembre frijol, lo básico, porque se enfrenta la carestía, se enfrenta la inflación con el autoconsumo», aunque México ya es autosuficiente en el maíz blanco para consumo.
“Estamos muy nerviosos en el sector industrial porque no sabemos cuáles van a ser esas medidas que se van a tomar. Tememos mucho el control de precios porque lo que permite enfrentar la situación de las alzas en los precios es justo que el precio de la tortilla se encuentra liberado”, dijo Blanca Mejía, representante del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana.
Hace un año la tonelada de maíz rondaba los 6.900 pesos mexicanos, o unos 345 dólares, pero tras la guerra una tonelada se encuentra en el mercado en 8.900 pesos o 445 dólares. Para el sector otro reto es el aumento de los precios de la energía, así como la pérdida de subsidios para la extracción de pozos de agua.
En México el 98 % de la población come tortillas, esto representa un consumo per cápita de 75 kilogramos anuales, lo que equivale a casi 10 tortillas diarias por mexicano, según cifras del Instituto de Ecología, Inecol.
Fuente y foto: EFE