Desde el 2004, cada 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro. Un pequeño homenaje al animal de cuatro patas, más conocido como “el mejor amigo del hombre”.
Sin embargo, el significado de esta fecha puede ser mucho más profundo. En la actualidad, existen más de 300 millones de perros en el mundo, de los cuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 70% no tienen un hogar.
Más allá de conmemorar a uno de los animales más fieles para el hombre, la efeméride busca concientizar a las personas sobre la gran cantidad de perros abandonados que todavía están a la espera de una familia que los quiera adoptar.
En el país de Argentina, desde que comenzó el aislamiento, las adopciones de perros aumentaron un 200%. “Este fenómeno, tiene que ver con el forzado aumento de horas que las personas pasan en sus casas y con que, gracias a eso, logran tener más tiempo para dedicarle al nuevo integrante de la familia y a su adaptación”, sostiene Julia Fenley, coordinadora de Asesores Técnicos de Vitalcan, compañía argentina con más de 20 años en el mercado del cuidado de las mascotas.
¿Qué cuestiones hay que tener en cuenta para darle una correcta bienvenida a los cachorros?
1. Durante los primeros días es importante asegurarse de que el cachorro tenga por lo menos 45 días antes de llevarlo a casa. Lo ideal es dejarlo hasta los 60 días con su mamá, ya que esas dos semanas serán clave a nivel aprendizaje y determinarán en gran medida su comportamiento futuro. Una vez en casa, deberás realizar una consulta con el veterinario para hacer un chequeo general. El profesional definirá un cronograma de vacunas, medidas de prevención y una dieta adecuada.
“Resulta fundamental a la hora de la adopción de un cachorro tener en cuenta que la separación de su madre, hermanos o de otros animales o personas con los que convivía, además de un cambio del ambiente, resultan en un marcado estrés para el mismo (variable en intensidad según cada individuo). El cambio de alimentación también puede provocar estrés, por lo que lo ideal sería los primeros días respetar el alimento que estaba consumiendo anteriormente, y luego de 2 o 3 días comenzar un cambio gradual al alimento que elegimos proveerle en el nuevo hogar”, explican desde la compañía.
2. Procurar hacer de su hogar un lugar seguro. Los cachorros son muy curiosos por lo que deberás tener cuidado evitando situaciones de riesgo como dejar a su alcance piezas pequeñas que pueda llegar a llevarse a la boca y atragantarse, otras muy nocivas como pilas o baterías, objetos cortantes, cables que pueda masticar, etc. También limítale el acceso a lugares inseguros como balcones, patios con piletas o la calle.
3. Asignarle un lugar. El cachorro debe tener un espacio definido y reconocerlo como propio. Para esto, sería bueno utilizar colchonetas o canastos (no de mimbre o similar). Cuando vaya a su lugar, podés reforzarlo con un premio.
4. Dejarlo dormir. No te preocupes si duerme mucho, los cachorros pasan muchas horas durmiendo. Es importante no molestarlos, ya que pueden estresarse.
5. Enseñarle su nombre. Seguramente lo primero que harás cuando el cachorro llegue a casa es ponerle un nombre. Es fundamental repetírselo reiteradas veces, y ante su respuesta recompensarlo con elogios (en un tono dulce y amable de voz) y mimos.
La necesidad de una compañía diaria es recíproca entre humanos y perros. Sin embargo, mientras que durante toda la vida existieron cientos y miles de perros a la espera de un hogar, fue durante la cuarentena que el hombre comenzó a buscar y necesitar más de esta relación. El amor y el cuidado deben ser lo primero en lo que se piense a la hora de llevar un cachorro de cuatro patas a su nuevo hogar.
Como explican desde Vitalcan, “los cachorros caninos nacen con un sistema inmunológico funcional pero inmaduro, por lo cual la nutrición (al igual que un plan sanitario adecuado) resultan de vital importancia”.
Resulta fundamental a la hora de la adopción de un cachorro tener en cuenta que la separación de su madre/hermanos/otros animales o personas con los que convivía, además de un cambio del ambiente, resultan en un marcado estrés para el mismo (variable en intensidad según cada individuo). El cambio de alimentación también puede provocar estrés, por lo que lo ideal sería los primeros días respetar el alimento que estaba consumiendo anteriormente, y luego de 2 o 3 días comenzar un cambio gradual al alimento que elegimos proveerle en el nuevo hogar.
Dentro del esquema de alimentación de los caninos, se recomienda que sea controlado y que la ración diaria se reparta en 4 porciones iguales, luego de los 6 meses se puede disminuir la frecuencia pasando a alimentarlos 3 a dos veces por día. Lo ideal es respetar los horarios en los que se suministra el alimento debido a que es importante que ese cachorro adquiera una rutina. En el caso de los felinos, respetando su filogenia, la ración diaria debería estar repartida en varias veces al día. En la naturaleza se alimentan de 20 a 22 veces por día por lo que, si se trata de un gato que se autoregula, al servir media ración a la mañana y la otra mitad por la noche tendrá comida a disposición todo el día.
Fuente: Infobae / Foto: Reuters