Olivia, una golden retriever discapacitada, que lleva una vida lo más normal que puede, aunque con sus limitaciones, conoció la nieve y se llenó de felicidad, gracias a la entrega de sus dueños.
El animal no puede jugar con la nieve, ni tan siquiera bajar del coche para echar unas carreras con los demás perros.
Pero para sus dueños, no hubo limitaciones. Estos decidieron montarla en el coche y llevarla a una zona con nieve. La bajaron de su andador y la colocan sobre el manto blanco. Pese a que no puede moverse, el animal se lo pasa en grande revolviéndose y ladrando de felicidad.