Si te gusta el pop de Corea del Sur, entonces debes saber que las amenazas de Kim Jong Un contra esta cultura no son equivocadas y es que, un nuevo informe de un grupo de derechos humanos reveló que el líder de Corea del Norte ejecutó públicamente a siete personas por consumir K-Pop.
El reporte fue presentado por el Grupo de Trabajo de Justicia Transicional (TJWG), con sede en Seúl, Corea del Sur, en el que entrevistó a 683 desertores norcoreanos desde 2015 y pudieron seguir y trazar un mapa de las ejecuciones públicas que el líder cometió desde 2011.
Este reportaje, presentado al New York Times indicó que entre 2012 y 2014, siete personas fueron ejecutadas públicamente por consumir y distribuir videos de K-Pop, asimismo, indicó que seis de las ejecuciones ocurrieron en la ciudad de Hyesan, cerca de la frontera con China.
El informe añadió que el gobierno se llevaba a la población local, principalmente a estudiantes para que vieran el “espectáculo” violento, así como las familias de los ejecutados quienes fueron obligadas a presenciar el acto. Por otra parte, se indicó que estos asesinatos públicos disminuyeron debido a que comenzaron a realizarse homicidios secretos.
En total, TJWG registró 23 ejecuciones públicas en los últimos 10 años, siendo el delito más común el de ver videos de K-Pop proveniente de Corea del Sur. Asimismo, informó que otras cinco personas fueron ejecutadas por delitos relacionados con drogas, otras cinco por prostitución, cuatro por trata de personas, tres por asesinatos y tres más por actos considerados obscenos.
De estas 23 muertes, 21 se realizaron con un pelotón de fusilamiento, en el que tres soldados dispararían nueve tiros, las otras dos ejecuciones fueron en la horca.
Estas acciones por parte del líder de Corea del Norte son mayormente apoyadas desde el 2020 debido a que el gobierno aprobó la Ley de Eliminación del Pensamiento y la Cultura Reaccionarios, la cual prohibe a los ciudadanos escuchar, grabar o distribuir transmisiones de radio extranjeras, importar y distribuir grabaciones extranjeras “impuras”, contenido en videos, libros y otros materiales que no estén aprobados por el Estado.
El caso más reciente de una posible ejecución ocurrió el mes pasado, cuando se reveló que un hombre fue condenado a muerte por contrabandear copias de la serie de televisión Squid Game, “El juego del Calamar”. Ahora, el TJWG quiere ir más lejos y busca documentar ejecuciones secretas que podrían aumentar las cifras presentadas.
Fuente: Plumas Atómicas
