El Sol paso de ser brilloso a un tono oscuro y fue como si el tiempo se hubiese detenido, turistas y mexicanos ya estaba preparado desde días antes con lentes especiales y otros instrumentos para lograr disfrutar al máximo el Eclipse Solar Anular: «K’íin» y «Uj» se abrazaron creando así el «Anillo de fuego».
En la Península de Yucatán los pueblos mayas respetaron sus creencias, algunos lo tuvieron en la palma de la mano el eclipse, pues aprovecharon las rendijas de su ventanas, puertas o algún «huequito» donde se reflejaba la sombra del Eclipse Solar Anular, además de colocar sus «picheles» con agua para ver el reflejo del evento astronómico.
La «madre Luna «Uj» y el padre Sol «K’íin» tuvieron su momento de intimidad y hasta hubo rituales para purificarlos y darle paso a un nuevo ciclo, no solo para ellos sino para la humanidad.
Asimismo, los animales también vivieron el Eclipse Solar Anular puesto aunque no se oscureció en su totalidad hubo un par de minutos en que la luz solar fue más tenue y las aves comenzaron a llegar a las copas de los árbol y en Mérida, los animales de «Animaya» se echaron para descansar.
