Se mecen en el aire,
como canoas en el agua
van y vienen,
como olas en los mares.
En su cóncavo refugio
acuna y columpia al niño,
adormece al anciano
recordando su pasado.
Como si fuera una ola
de continuo subibaja,
así se siente mi cuerpo
cuando me mezo en la hamaca.
La hamaca con su vaivén
suavecito y placentero,
es un viajar sin destino
por los caminos del tiempo.
Poema «La hamaca» de Andrés Díaz Marrero.
Fotos: Pedro Cervera / Cielo Hamacas / Nancy Rivero / Kanda´s Pet