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Con paso lento y orejas caídas, ‘Frida’ vive su vejez alejada del estrés

Las redes sociales se estremecieron y comenzó la especulación; la dieron por muerta, se dijo que había desaparecido, se pidió la bandera a media asta, se acusó a la Secretaría de Marina de querer ocultar la verdad y hasta se les exigió una prueba de vida, como si se tratara de un asunto de seguridad nacional: pero nada era cierto.

Frida, la perra labrador, encargada de darle rostro a las tareas de búsqueda y rescate en México, ícono de la esperanza durante los sismos de septiembre de 2017, sigue con vida, y este lunes, salió una vez más, para acallar rumores y posar ante las cámaras del periódico Milenio.

Las audiencias de internet la habían confundido con Nalah, la Golden Retriever de diez años, compañera de búsquedas de Frida, que sí murió el 24 de marzo, y quien tuvo protagonismo en la explosión de Pemex en 2013 y en el sismo de 2017, con al menos 17 personas localizadas.

Pero este lunes, los reflectores otra vez fueron para Frida: leyenda del 19 de septiembre, que quedó inmortalizada en muñecos de peluche, caricaturas, estatuas, un avión, y hasta en un concierto de los Red Hot Chilli Pepers.

Aunque ahora, su aparición ya no fue para realizar las espectaculares búsquedas de cuerpos inertes bajo los escombros, o mostrar el trabajo de los equipos de rescate naval, pues la vejez le alcanzó, y se puede ver en su caminar lento, en su robusto cuerpo color miel, y en ojos y orejas caídas, signos de su edad.

“Frida ya es un animalito geriátrico, ya va a cumplir el próximo mes, esperemos, 13 años; entonces ella ya tiene padecimientos propios de su edad; problemas articulares, que son degenerativas”, declaró a MILENIO el Teniente de Fragata Servicio de Sanidad Naval (SSN) Médico Veterinario Zootecnista, Miguel Ángel Huerta Miranda, encargado del Área de Integración de Binomios Caninos.

Sus ladridos, que se convirtieron en sinónimo de esperanza en los momentos de incertidumbre para la Ciudad de México, ahora no se escucharon; y las diminutas botas antiderrapantes y gafas de protección que le caracterizaban, quedaron en el suelo.

Su jubilación llegó en junio de 2019, superando la edad promedio de retiro que es de entre siete y nueve años, con una trayectoria que representó el rescate de 12 personas con vida, haber localizado más de 40 cuerpos; y por lo menos 53 operaciones en México, Haití, Guatemala y Ecuador.

“Ya está en retiro, ella ya no realiza ningún trabajo operativo, ya no entrena, ella nada más se relaja y se lleva una rutina que no le implique estrés”, agrega Miguel Ángel Huerta.
Sin embargo, deja un legado en el Sub Grupo de Control Canino del Estado Mayor de la Secretaría de Marina, donde son adiestrados más de 60 canes para diferentes tareas de rescate y auxilio a la población; entre ellos, África, una labrador igual que Frida; así como Jil y Júpiter, dos pastores Belga Malinois.
Fuente: Milenio / Fotos: Redes Sociales

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