Ricardo López Santillán, quien realiza trabajos de sociología Urbana en el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales (CEPHCIS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que el crecimiento descontrolado de la ciudad está perturbando la forma de vivir de los habitantes originarios.
Entrevistado en el marco del XXXIII Congreso Latinoamericano de Sociología “Alas México 2022”, dijo que este fenómeno -actualmente bajo su estudio- se está viendo más en el norte de Mérida porque es donde la especulación inmobiliaria es mayor; ahí se dan acciones que carecen de arraigo, como el hecho de que, a pesar de ser Mérida una ciudad segura, se están construyendo más privadas y espacios cerrados con controles; “son procesos muy interesantes, o incluso el crecimiento vertical de la ciudad… cosas que hace 10 años eran impensables”.
“Son procesos sociales y territoriales que, al menos para el caso de Mérida y en comparación con otras ciudades medias como San Luis Potosí, Querétaro o Morelia, que están pasando por este mismo problema, no están tan desbocados como en Mérida”, aseguró.
En Yucatán, las fiestas tradicionales se realizan todo el año debido a que se festejan a los Santos Patrones de los municipios. La celebración abarca vaquerías, bailes, corrida de toros, fuegos artificiales, entre otras actividades. Mérida, no es la excepción, ya que sus barrios como la Ermita, Santiago, Santa Ana, San Juan y Mejorada aún realizan procesiones y fiestas tradicionales.
Sin embargo, el científico social aseguró que los planes de desarrollo urbano en Mérida no se le están prestando la suficiente atención o no se está normando lo suficiente para frenar el desarrollo tan desigual que se está viviendo.
La vida de las personas que “rodean” este boom inmobiliario se está trastocando, primero, porque hay una fuerte presión por adquirir sus tierras y, porque, muchos nuevos residentes no quieren que se continúen realizando las fiestas tradicionales de estos lugares.
“Están más preocupados porque sus perritos se asustan por los cohetes o enojados porque matan a un toro y se lo comen en chocolomo, sin entender que quienes llegaron a vivir a esos pueblos son ellos y son quienes deben adaptarse y no presionar para que cambien”, afirmó el especialistas.
Fuente: Por Esto!