El Día Internacional del Beso surge tras la celebración de un concurso, concretamente en 2011 y en Tailandia, en el que una pareja batió el récord registrado de duración de un beso con uno de 46 horas, 24 minutos y 9 segundos.
Este hecho histórico tuvo lugar un 13 de abril y por este motivo se escogió esta fecha para conmemorar ese récord y celebrar el Día del beso en todo el mundo.
Dos años más tarde, en 2013, esa misma pareja tailandesa volvió a establecer un nuevo récord con un beso que llegó a las 58 horas, 35 minutos y 58 segundos de duración.
Con los besos liberamos endorfinas, las hormonas del placer: estas nos ayudarán a tener una actitud más positiva y a reducir los niveles de ansiedad.
Además, al sentirnos deseados a través del beso, mejoramos nuestra autoestima y sensación de bienestar con nosotros mismos.